REFLEXIONES
LUIS MANDOKI

director

LA VIDA PRECOZ Y BREVE DE SABINA RIVAS

Una mirada a las profundidades de la condición humana, una historia que incursiona en el inframundo de la frontera de México con Guatemala, donde se confrontan diferentes personajes y las contradicciones de los deseos de cada uno de ellos.

Mucho se ha visto y hablado de Tijuana, Cd. Juárez y nuestras ciudades fronterizas del Norte. Poco se sabe de lo que sucede en nuestra frontera Sur.

La protagonista es SABINA, una niña de 16 años, migrante hondureña que busca cruzar México huyendo del infierno de su realidad centroamericana. A través de su mirada y de su lucha, la película viaja a través de este mundo de extremos, de violencia y de corrupción, de fantasías y de sueños, un mundo en el que lo último que importa es el alma humana. La lucha de Sabina es precisamente esa, mantenerse viva, no sólo físicamente, sino donde su espíritu y sus sueños puedan prevalecer.

El sueño de Sabina es el sueño de tantos latinoamericanos, cruzar la barrera del inframundo para llegar a la otra frontera con el gran vecino, en busca de lo tan escuchado, el Sueño Americano, que en el caso de Sabina es el sueño de llegar a ser "artista", cantante y a través de ello, volar, ser libre.

LA VIDA PRECOZ Y BREVE DE SABINA RIVAS es también un canto a la inocencia rota, donde la derrota sería el fin de los anhelos que ya no tendrían espacio para ser. En las peores condiciones de miseria e injusticia y en la oscuridad de la desesperación, Sabina siempre encuentra una posibilidad de esperanza, la necesidad de soñar... Es una historia de amor prohibida, sin sentido. La dimensión es épica, donde lo grande del paisaje y del mundo de la frontera sur, es también surco para lo pequeño e íntimo, que es donde nos enganchamos con lo humano, con lo frágil.

El silencio y la luz contrastan con los diabólicos espasmos de los trenes y la capacidad humana para la violencia y la destrucción.

El mundo es Chiapas, el río Suchiate, la frontera sur, donde la sangre se derrama, y donde Sabina ha quedado atrapada, frente a la amenaza constante de arrebatarle su vida y su sueño. Pero no es la violencia gráfica la que prevalece en este relato cinematográfico, sino el horror de la ceguera humana contrastado con las grandes panorámicas enfrentadas a planos cercanos de rostros y miradas. La película respira de esta forma en un ir y venir que marca el ritmo de la odisea de Sabina. Que los personajes fueran creíbles y reales, que cada actor desarrollara un personaje único que correspondiera a los requerimientos de este drama, fue el objetivo; relaciones inmersas ya sea en un pasado, o en las fuerzas oscuras del presente.

Se buscó una estética que lograra crear las texturas vivas y crudas como fondo de este universo en donde nuestros personajes viven y algunos mueren.